Reverenciado y Temido Alto Ecónomo:
Te escribo para solicitar el ascenso a consejero del FMI de un alumno. Como sabrás, la semana pasada hicimos la evaluación final de candidatos a archidiablos financieros. En esta ocasión, para comprobar si se había comprendido la maleabilidad lógica del género humano y cómo Nuestro Señor Satán saca partido de la misma mediante la imposición del Pensamiento Único, propusimos una crítica de los 10 Mandamientos del Ultraliberalismo de Dany-Robert Dufour, a saber:
- Primer mandamiento: Te dejarás conducir por el egoísmo y entrarás amablemente en el rebaño de los consumidores.
- Segundo mandamiento: Utilizarás al otro como medio para lograr tus fines.
- Tercer mandamiento: Podrás venerar a todos los ídolos que elijas, siempre y cuando adores al dios supremo, el Mercado.
- Cuarto mandamiento: No inventarás excusas para evitar entrar en el rebaño.
- Quinto mandamiento: Combatirás todo gobierno y preconizarás la "buena gobernanza".
- Sexto mandamiento: Ofenderás a cualquier maestro que esté en condiciones de educarte.
- Séptimo mandamiento: Ignorarás la gramática y barbarizarás el vocabulario.
- Octavo mandamiento: Violarás las leyes sin dejarte atrapar.
- Noveno mandamiento: [En materia de arte] derribarás indefinidamente la puerta abierta por Duchamp.
Te adjunto la respuesta de mi pupilo.
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“The idea is essentially repulsive, of a society held together only by the relations and feelings arising out of pecuniary interest”
(John Stuart Mill)
Esta cita evidencia lo fácil que es manipular al género humano. Tanto los economistas como el público en general, tienen al utilitarismo por una doctrina opuesta a lo que es. Casi lo mismo cabe decir del concepto de “mano invisible” de Adam Smith, que se ha sacado de contexto y desvirtuado hasta hacer de él una suerte de “prueba” de que lo mejor es que impere la Ley de la Selva. ¿Por qué resulta tan sencillo colar de matute todo un cuerpo doctrinal inconsistente? Mi tesis: porque los humanos parecen incapaces de contrastar la información de forma eficaz, tanto temporal como espacialmente.
Inconsistencias temporales.- Estos protosimios son incapaces de evaluar el devenir de las cosas. Por ello, no ven que una ideología que hunde sus orígenes recientes en la Revolución Conservadora de Reagan y Thatcher y sus letanías para oligofrénicos (del tipo: “la sociedad no existe, sólo los individuos”, “el Estado no es la solución, es el problema”) no puede estar acertada. No comprenden tampoco lo ilógico de que unas propuestas “de libertad” no pudieran experimentarse por primera vez sino en las dictaduras de Pinochet y Suharto. No reaccionan ante las alertas tempranas, como el caso Enron (que ilustra el camelo de la autorregulación, máscara necesaria de la conspiración para el robo de grandes compañías, auditoras, asesores legales, agencias de calificación y bancos de inversión, en este caso corrompiendo también a miembros de los gobiernos, tanto locales como federales). Por último, no extraen la consecuencia lógica de que si los resultados de los experimentos fueron funestos (en el caso de Chile, una caída del PIB del 15% en un año y un aumento del paro del 3% al 20%, por no hablar de otras atrocidades y desafueros del nuevo régimen), no cabe esperar otra cosa de su generalización.
Inconsistencias espaciales.- Estas criaturas de pensamiento infantil son muy proclives a dejar que se les fije un foco de atención arbitrario, lo que los organismos internacionales y medios controlados por nosotros hacen constantemente. Una vez conseguido esto, no son capaces de buscar falsación en otro lado. Ejemplos:
1. Las políticas actuales de austeridad, que ya han puesto de manifiesto en países como Irlanda, que ni funcionan ni funcionarán, frente a otros lugares que aplican medios keynesianos que dan resultado (Asia, Brasil, etc.)
2. El hecho de que hayamos logrado tan fácilmente que se centren en agregados macroeconómicos más o menos metafísicos como la inflación o la masa monetaria, en lugar de medir magnitudes más relevantes como la desigualdad, que genera desconfianza, mala salud, mala educación y disminución de la esperanza de vida, entre otros. Les pasa desapercibido que las 225 personas más ricas del planeta detentan la misma riqueza que los 2.500.000.000 más pobres.
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Servilmente,
Tu arrastrado servidor.
Nota.- Si le ha gustado, le agradecería que hiciera un donativo a los que más lo necesitan, que no son los bancos: https://secure.eacnur.org/06_02.cfm?modo=3
Ole, siempre tan acertado. Dejo de leerte un tiempo para luego cogerte con más ganas. Sigue así!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu animoso comentario. ¿Qué tal por Alemania?
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